Tiempo libre y ocio: ¿hablamos de lo mismo?
¿Cuál es el origen de los términos?
En la Grecia clásica el ocio no sólo era apreciado, sino que era un privilegio de muy pocos. Aristóteles define el ocio como el momento destinado para alcanzar las virtudes a través de la reflexión y la meditación.
Y es que el ocio para los antiguos griegos era ese momento donde se dejaba a un lado lo urgente para concentrarse en lo importante. Hablar de política, de ciencia, de filosofía.
En el siglo XXI el término ocio solía usarse como sinónimo para tiempo libre, como si con nuestro tiempo de ocio no hiciéramos nada, sin embargo, hay sutiles pero importantes diferencias entre ambos. Se podría decir que, de cierta manera, el tiempo libre es un requisito obligatorio para el ocio.
¿Qué es el tiempo libre?
Cuando ya terminamos nuestro tiempo de trabajo, ya sea académico, laboral o tareas domésticas, y ya nuestras necesidades básicas estén satisfechas; entramos en el tiempo libre. Ese momento donde no estamos restringidos por ninguna obligación y podemos dedicarlo a actividades de ocio o simplemente a descansar.
El análisis del tiempo libre cobró fuerza a partir de que durante la revolución industrial las jornadas de trabajo empezaron a regirse por un horario establecido, pues jornadas demarcadas significaban tiempo disponible demarcado, lo que generó el interés acerca de cómo la gente pasaba su tiempo libre.
¿Qué es el ocio?
Por su parte, el tiempo de ocio es el que se emplea voluntariamente para actividades recreativas y entretenimiento. Mientras que podemos optar por no hacer nada con nuestro tiempo disponible, el tiempo dedicado para realizar actividades que generen placer, y es efectivamente aprovechado, es conocido como «ocio».
Desde este punto de vista, estos momentos son necesarios para cualquier ser humano, que no fue ideado como una máquina de trabajar, comer y dormir sino como un individuo con preferencias, hobbies y gustos más allá de la jornada laboral.
Podríamos incluso decir que es en este tiempo de ocio, alejado de nuestras obligaciones profesionales, donde logramos realmente la realización como persona, sabiendo aprovechar el tiempo libre para alcanzar nuestras metas personales aprovechando así todo momento disponible para fomentar nuestro desarrollo personal. En este sentido, el ocio bien usado estaría estrechamente ligado a una mejor calidad de vida.
Siguiendo esas ideas, Joffre Dumazedeir, quien es considerado pionero en los estudios del ocio, se dedicó a investigar y promover un ocio que potencie el desarrollo personal. Dentro del mundo de las ciencias sociales, estas investigaciones son abordadas en universidades como el Instituto de Estudios de Ocio de la Universidad de Deusto.
El tiempo libre y el ocio en la creación de hábitos saludables
El ocio no tiene por qué ser sinónimo de no hacer nada, podemos aprovechar ese espacio de tiempo en actividades motivadoras y productivas. Durante nuestras jornadas de trabajo, o de estudio, no tenemos tanta libertad a la hora de decidir qué vamos a hacer, pero solo nosotros tenemos la última palabra para escoger nuestras actividades recreativas, convirtiendo el tiempo dedicado al ocio en momentos productivos, donde podemos trabajar en la creación de nuevos hábitos saludables.
Convertir nuestras actividades de ocio en oportunidades para mejorar nuestra calidad de vida, significa un gran paso para romper con la rutina y generar hábitos que nos ayuden a alcanzar lo que nos proponemos. A veces es difícil tener control sobre nuestro tiempo a lo largo del día, si no sabemos manejar nuestro tiempo, incluso fuera del trabajo, tendemos a procrastinar y no aprovechar el día, por eso hay que saber aprovechar al máximo nuestro tiempo de ocio, ya sea con una buena lectura, o poniéndonos en forma.
Si nuestra meta es ser más versado en la conversación, podemos pasar nuestro tiempo recreativo oyendo a expertos de la materia o leyendo literatura sobre el tema; mientras que si por otro lado, nuestra meta es aprender a cocinar, podemos pasar el tiempo de ocio investigando sobre los distintos tipos de cocinas o aprendiendo nuevas e interesantes recetas.
No importa cual sea nuestra meta, lo importante es la realización de actividades que nos ayuden a convertir nuestro tiempo libre en combustible para alcanzar lo que deseamos.
El tiempo de ocio ha cobrado mayor valor durante años, pero incluso antes, muchas personas han trabajado para reconstruir el significado de la palabra.
Uno de ellos es Rodrigo Elizalde, quien en su trabajo, usando a la sociedad latinoamericana como ejemplo y principal sujeto de estudio, procura darle un nuevo significado al término ocio, especificando que puede ser utilizado para construir conocimientos y aprendizajes.
Sabemos que en muchas ocasiones nos llevamos tarea para la casa, los horarios se distorsionan y es cada vez más difícil diferenciar el tiempo de trabajo del tiempo libre. Por eso, es importante crear pasatiempos que mantengan nuestra creatividad siempre despierta y, en una duración determinada, nos puedan ayudar a sobrellevar el aburrimiento. Puede que el tiempo libre se vea reducido, así que debemos aprovecharlo lo mejor que podamos, manteniéndonos alertas, a su vez, de nuestras responsabilidades.
Suena complicado, pero el desarrollo de buenos hábitos nos puede dar una mano para lograrlo. Al usar el ocio como un medio para dejar de pensar en la rutina y promover eustrés, o estrés positivo, podemos alcanzar mayor estabilidad emocional y enfocarnos mejor en nuestras tareas; si por ejemplo queremos aprender un nuevo idioma, consumir contenido en ese idioma, leer sobre la cultura de los países que lo hablan y su valor histórico durante nuestro tiempo libre nos ayudará a complementar las clases y tener un mejor rendimiento.
¿Cómo aprovechar nuestro ocio y tiempo libre?
Aunque pareciera tiempo muerto, la verdad es que el ocio puede servir como potenciador para nuestro desarrollo personal. Nos permite realizar nuevas actividades y explorar distintos campos que se alejen de nuestro entorno habitual, esto ofrece beneficios como mejorar nuestra autoestima, la salud mental y física y conectarnos con otras personas que compartan nuestros gustos.
Tenemos que aprender a convertir el tiempo libre en algo productivo, que nos aporte algún crecimiento personal. Dejar de un lado nuestra vida cotidiana por unas horas y sumergirnos en actividades nuevas, llamativas y retadoras que nos hagan salir de nuestra zona de confort. Se trata de desafiar nuestros límites y dejar a un lado las excusas que ponemos ante esas cosas que queremos hacer. Contar con el apoyo de amigos y familiares, descubrir personas con nuestros mismos intereses es una forma muy útil de adoptar esos pasatiempos que nunca te atreviste a hacer.
Es cuestión de involucrar aficiones o pasatiempos que nos den un desarrollo integral y aumenten nuestra actividad física y mental. El baile, ejercicios para la memoria, el arte ¡Todo es cuestión de gustos!
También puedes aprovechar ese tiempo para hacer buenas obras. Participar en voluntariados es una buena actividad de ocio, ya que fomenta una sensación de bienestar, nos permite mejorar nuestro desarrollo social pues nos hace conocer nuevas personas, desarrollar nuevos valores morales y crear un sentimiento de pertenencia y comunidad.
Todo se resume en saber manejar el tiempo, alcanzar un equilibrio entre nuestra vida laboral y el ocio. Sacarle provecho al ocio resulta casi vital para el ser humano, es sorprendente pero existe una clara brecha entre el aprendizaje necesario para lograr hacer las tareas laborales y la formación desinteresada. Cuando hacemos algo porque queremos, y nos interesa, la diferencia es palpable, aprender a tomar el tiempo libre por las riendas y usarlo a nuestro favor es una de las tareas más titánicas y recompensantes en la que podremos embarcarnos.
El tiempo disponible en un día puede llegar hasta 8 horas, es menester tenerlo en cuenta y entender que en él tenemos una herramienta importantísima. Es, a fin de cuentas, el único momento que tenemos para nosotros, nuestra vida transcurre en estos momentos. Así que no los desaprovechemos mirando a una pantalla ¡Entremos en ese curso al que le hemos dado vueltas por un buen tiempo! ¡Aprendamos a tocar la guitarra y el bongó! ¡Vivamos, un día a la vez!
«Soy rey de mi voluntad; no me la ocupan negocios, y ser muy rico de ocios es suma felicidad» - Lope de Vega