1. Autoconocerse
La mejor forma de saber lo que te motiva, lo que deseas en las diferentes áreas de tu vida, y en lo que eres bueno, es sabiendo quién eres realmente.
El autoconocimiento es un proceso a largo plazo, pero vamos a dar el primer paso y sumergirnos en nosotros mismos, para comenzar este camino de crecimiento personal.
A veces, nos sentimos perdidos cuando nuestra vida no tiene una columna vertebral definida. Esto hace que las cosas nuevas que probemos no estén necesariamente alineadas a nuestra esencia y, por lo tanto, nos sintamos vacíos o abandonemos el proceso y aumentemos la falta de confianza, al no hallarnos.
En el crecimiento personal es importante establecer valores propios, que nos sirven de guía para regir nuestras acciones y dar una coherencia a nuestra vida. Estos valores deben venir de adentro, de quiénes somos. Esos principios son los ejes de esa columna vertebral que te permitirán descartar o alinearte con cosas, situaciones y personas.
Las cosas buenas para ti serán aquellas que reafirmen esos valores; lo mismo con las personas, los trabajos y los ambientes.
Del mismo modo, darle nombre a nuestros miedos es el primer paso para vencerlos. Solemos mostrar con gran orgullo la cara bonita, esa que nos aplauden y que cumple las expectativas externas; mientras, nuestra sombra, esa parte de nosotros de la que no estamos tan orgullosos, tiende a vivir oculta, calladita.
Sin embargo, ambas partes tienen una voz potente. Ambas partes nos conforman por igual. Cuando no están integradas, cuando rechazamos a una y nos avergonzamos, entramos en contradicción, nos traicionamos y perdemos el eje central y la conexión con nuestra esencia real. Hacer las paces con nuestra luz y nuestra sombra es parte esencial de la superación personal.
Cambiar el enfoque con el que nos juzgamos, la imagen que tenemos de nosotros mismos y atrevernos a ver quiénes somos en realidad, entender nuestra vulnerabilidad y ser compasivos con nosotros, nos va a cambiar la forma en que vivimos, nuestras metas, el impacto de la opinión de otros y la forma en que enfrentamos la vida
Hagamos un ejercicio:
- Haz una lista de los valores inquebrantables por los que quieres regir tu vida y una lista de miedos que te paralizan.
- En la segunda lista, vamos a aplicar los siete grados de profundidad: Preguntaremos por qué siete veces a cada miedo, hasta conseguir una respuesta que posiblemente llegue a la raíz de ese miedo; a un tema emocional, profundo y personal.
- Este hallazgo será el punto de partida para empezar a trabajarlo.
2. Aceptarse
Para aumentar la autoconfianza es importante vernos como realmente somos. La primera vez que nos sentamos con nosotros mismos, es importante sincerarnos sobre dónde estamos hoy; cúal es nuestro punto A, para poder movernos a un punto B, que es donde queremos estar y empezar a trabajar en una superación personal.
Vamos a hacer un ejercicio:
- Escribe una lista de fortalezas que consideras tener.
- Escribe otra lista de fortalezas que 5 personas cercanas creen que tienes.
- Haz otra lista con las debilidades que tú consideras tener.
- Una última lista con las debilidades que 5 personas cercanas a ti creen que tienes.
Es importante observar cuáles se repiten y cuáles son diferentes. Esto hace que logres integrar la imagen que tienes de ti y lo que estás proyectando, para buscar darle una coherencia y unificarlo de la mejor forma, a favor de quién quieres ser realmente y cómo quieres ser percibido.
3. Desmantelar viejas creencias
Todos tenemos voces internas que nos llenan de pensamientos negativos; esas que repiten un discurso que alguien nos ha dicho previamente y que se quedó tatuado, alimentando nuestra baja autoestima, sobre todo en momentos en los que necesitamos brillar y sacar el mayor poder posible.
Esas voces que nos tumban el estado de ánimo, hace tiempo que no le pertenecen a esas personas que nos lo dijeron algo en algún momento. Esa voz ahora es interna; somos nosotros quiénes seguimos repitiéndola en nuestras mente, y quienes tenemos el poder de callarla.
El primer paso como ser humano es entender de dónde vienen esas voces. Ubicar la situación, el comentario y la raíz de esa inseguridad. Luego, mirar en retrospecrtiva, analizar nuestros pasos, observar quiénes somos y pensar si realmente eso que nos hicieron creer en un momento tiene bases reales. ¿Realmente somos eso que nuestros pensamientos negativos dicen?
Nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento - Eleanor Roosevelt
Si lo que baja tu estado de ánimo es el miedo a fracasar o pensar que eso que quieres puede salir mal, te planteo imaginar el peor escenario posible, ¿es realmente tan catastrófico?
Luego de ese ejercicio, imagina cómo te sentirías si lo intentas, ¿vas a quedarte con la duda y dejarlo de intentar?
Parte del crecimiento personal es enfrentar esas viejas creencias que nos han venido limitando, prenderle la luz a los miedos y mirarlos de frente. Cuando hacemos esto, ellos suelen huir y difuminar su sombra.
4. Reconocer nuestros logros
Qué agilidad tiene el ser humano para alimentar su baja autoestima al hacer eco de las críticas de los demás, pero cuánto le cuesta darse mérito por sus logros.
Qué fácil convertimos a otro en superhéroe y minimizamos nuestros poderes. Quizás, leyendo esto, varios hayan pensado “¿qué logros?”; pues, ¡muchos! Todos tenemos logros, no importa el tamaño de ellos. Pararnos de la cama hoy, hacernos un café y sentarnos a buscar información sobre cómo creer en nosotros mismos es un gran logro.
Cuidar de nosotros, querer a otros, trabajar, querer ser mejores, tender la cama todos los días, ser responsables; son pequeños logros, y hacernos conscientes de ellos estimula nuestra superación personal.
Qué tal si escribes al menos 10 logros que te hagan sentir orgulloso. De verdad, no tienen que ser actos heroicos para la humanidad, simplemente cosas que has logrado y que tienen un valor para ti.
5. Consciencia de nuestro ambiente
Cuando queremos instaurar nuevos hábitos o cambiar algo en nosotros mismos, es importantísimo volvernos conscientes de nuestro entorno; esa zona de confort que hemos creado de forma inconsciente.
El espacio físico donde pasamos la mayor parte del día; el ambiente en el trabajo y en nuestro hogar; las personas que nos rodean y nuestra rutina diaria, tienen un impacto muy grande en la imagen que tenemos de nosotros mismos. Somos el resultado de todo lo anterior.
Hacernos conscientes de esto, identificar si nos sentimos cómodos o si hay cosas que debemos cambiar es salir de nuestra zona de confort; eso a lo que estamos acostumbrados.
La primera vez que hacemos un cambio, bien sea en el espacio físico o a nivel emocional, y notamos resultados, es cuestión de tiempo para que comencemos a ajustar el resto de las piezas a favor de lograr un entorno coherente con nuestros valores (columna vertebral) y con quiénes queremos ser.
A medida que leías esto, ¿qué cosas venían a tu mente? Quizás, ahí ya tengas varias respuestas.
6. Evita compararte
Hoy en día, con las redes sociales, es difícil no comparar nuestra vida con la de otros. Sin embargo, hacerlo, puede ser bastante perjudicial. La psicología se ha encargado de estudiar cómo ha ido cambiando el individuo frente a la constante exposición a la que se encuentra sometido en esta era tecnológica.
La idea no es satanizar las redes sociales y mucho menos la tecnología; el tema es saber manejarlo.
Los procesos son individuales. Lo que sabemos de la vida de otro es una puesta en escena, en la que esa persona parece un superhéroe, con una vida envidiable y un combo de poderes mágicos; mientras que la nuestra, la conocemos a través de los detalles más terrenales y mundanos.
Cuando hacemos algún ejercicio que requiere mucha concentración y, por un segundo, volteamos a mirar al de al lado, ¿qué sucede? Perdemos equilibrio, nos distraemos, nos estresamos por la ejecución del otro y, en conclusión, afectamos nuestro resultado.
Eres capaz de lograr muchas más cosas buenas si te enfocas en ti, en tus valores, en lo que quieres sumarle al mundo y en tu esencia. Esa esencia es intransferible. Nadie puede hacer lo tú haces de la forma en que tú lo haces, y esa es tu mayor virtud.
7. Escoger un camino
Una vez teniendo un poco más claro quién eres de verdad y no basado en lo que otros piensan, ni en la comparación, la siguiente pregunta es: ¿Qué quiero hacer con mi vida? Cómo me pruebo a mí mismo que puedo hacerlo.
La autoconfianza se incrementa cuando obtenemos pequeños triunfos y, normalmente, “triunfamos” en aquello que disfrutamos hacer.
Manos a la obra
El ejercicio consiste en preguntarte:
A qué has dedicado tu tiempo sin que nadie te lo pida; cuáles son las actividades que disfrutas hacer cuando nadie te está viendo y por las que, no solo sería ideal que te pagaran, sino que tú serías capaz de pagar para seguir haciéndolas porque te llenan y las disfrutas.
Esas actividades reafirman tu identidad y a través de ellas, el camino se torna mucho más bonito.
8. Empieza con la mínima expresión
Nos motivamos mucho cuando vamos consiguiendo victorias. Esto nos crea una mejor experiencia y fomenta el acercamiento a la actividad e incrementa la seguridad en nosotros mismos. Proponernos correr un maratón, como primera meta, tiene altas posibilidades de terminar en frustración. Sin embargo, comenzar corriendo 100 metros y haciendo 500 metros la próxima vez, nos otorgará pequeñas medallas que servirán de incentivo para continuar el camino y combatir la baja autoestima.
Crea una lista de pequeñas metas, que te permitan sentirte mejor contigo mismo y ejercitar el músculo el compromiso, para luego ir por otras más grandes, poco a poco.
9. Llevar un diario
Sin monitoreo, no se puede medir el avance. Es importante llevar un registro de los días. No solo con tareas prácticas, sino incluso a nivel emocional. Saber cómo te has sentido cada día; si has avanzado o has retrocedido; cuáles han sido los obstáculos a superar, etc. Conocerte a través de tu proceso es importantísimo para lograr lo que deseas.
En este momento, existen mil formas de llevar registro de tus hábitos personales, desde un cuaderno, hasta aplicaciones móviles, que te mantengan enfocado y consciente de lo que estás haciendo.
10. Mantenerte en marcha
Creer en nosotros mismos es un hábito a trabajar de por vida. Es una carrera en la que siempre habrán obstáculos, pero mientras más clara veamos la meta, mientras estemos en mejores condiciones físicas y mentales, el proceso será más divertido y las piedras en el camino se saltarán más fácil.
Todos tenemos recaídas; el desarrollo personal no es un proceso lineal. Nos damos trofeos a diario por creer en nosotros al despertar y librar un día más viviendo en coherencia con nuestros valores y apostando porque somos capaces, somos auténticos y tenemos una fuerza que nadie más posee.
Somos nuestro único superhéroe. Vivimos librando batallas; ¡démonos el mérito!
Tenemos cosas que otros desearían; usémoslas a nuestro favor y creemos una mejor experiencia de vida. Coloquémonos los lentes correctos, esos que se alinean con nuestra esencia; mirémonos realmente y vivamos a nuestra manera, dejando el mensaje que queremos y que nadie puede transmitir mejor que nosotros.