1. Sé coherente y sincero
Las prioridades son de lo más personal del ser humano. Van de la mano con creencias, personalidad y sueños. Es por eso que para priorizar, es necesario comenzar con una evaluación personal donde debes preguntarte ¿qué es importante para ti? Qué sueños o metas quieres alcanzar y que estas dispuesto a sacrificar para alcanzarlas.
Muchas veces nos guiamos por patrones sociales, lo que todo el mundo hace, lo que se espera de mí, pero debemos preguntarnos ¿eso realmente me beneficia? ¿creo en ello?
¡Es el momento de sincerarse, sin miedo! Nadie va a juzgarte, el camino y las decisiones son únicamente tuyas.
2. Analiza tu día y haz una lista
¿No sabes cuales son tus prioridades? Analiza con cuidado tu día a día, así sabrás el orden de importancia que has estado siguiendo. Para llevar a cabo este paso, lo mejor que podemos hacer es salir del piloto automático. Revisa decisiones, tendencias y reflexiona sobre ellas.
De manera objetiva, ¿que compone tu día? En este proceso es recomendable buscar un lugar tranquilo, tomar lápiz y papel para así realizar una lista de todas las acciones que hay en un día normal. Desde que te levantas hasta que te duermes. No te juzgues, no hay cosas buenas o malas, solo hallazgos que, aplicados de buena manera solo pueden ser beneficiosos para tu vida personal.
El proceso de analizar los días también ayuda a crear una noción de en que se basan tus semanas, meses, años y más importante, tu vida. Por ejemplo, si todos los días inviertes gran parte de tu tiempo sentado o acostado, viendo tus redes sociales o televisión, lo más probable es que tengas un estilo de vida sedentario. Si tu objetivo es ser más proactivo, ya sabes qué debes disminuir el tiempo invertido en actividades sedentarias. También puedes buscar alternativas como un escritorio para trabajar estando de pie.
3. Categoriza la lista
A cada una de las acciones que anotaste en tu lista debes asignarle una categoría, generalmente estas varían entre ámbitos como: familia, trabajo, amigos, pareja, hobbies, proyectos personales, recreación. Agrega las categorías que sientas necesarias.
Este proceso ayuda a generar una visual de en qué o quién inviertes tus esfuerzos. Esta visual ayuda mucho en el momento de analizar objetivamente qué es realmente importante, y qué hacemos únicamente porque sentimos que es lo que hay que hacer. Así como también puede ser de mucha ayuda para darse cuenta de en qué ámbito estamos fallando o tenemos un desarrollo deficiente.
Puede pasar que nos demos cuenta que pasamos más tiempo del que deberíamos en piloto automático, haciendo algo de manera involuntaria, como revisando redes sociales. O quizás pasamos mucho tiempo en cosas que no podemos evitar como el camino al trabajo. Es cuestión de buscar como sacar el máximo de cada momento, por eso puedes intentar escuchar algún podcast o audiolibro, y ser más proactivo.
4. Define objetivos y desglosa en prioridades
Los objetivos o las metas no son lo mismo que las prioridades:
- Las metas son el final del camino, lo que queremos lograr.
- Las prioridades son aquellos pasos o cosas que siempre hay que tener presentes para alcanzarlas. Las prioridades son las constantes por las que hay que guiarse para llegar al objetivo.
Para poder establecer prioridades acordes a lo que deseas, primero tienes que tener consciencia de tu misión y visión personal. Tus metas pueden estar definidas a corto, mediano y largo plazo. También existe la posibilidad de tener una meta que no entra en un límite de tiempo, la meta de ser. Ser la persona que quieres, para cada quien esto se ve diferente.
Un tip útil para priorizar es desglosar tu meta en actividades. Imaginante en X cantidad de años, en tu situación ideal y piensa ¿cómo llegué a donde estoy? ¿Qué pasos tomé para lograr mis objetivos?
Con los pasos definidos solo queda repetir el paso de la categorización, acciones específicas, para metas específicas. Cada una en un ámbito particular de la vida. Una meta en el ámbito personal puede ser desarrollar una habilidad nueva, quizás intentar algo que siempre te ha llamado la atención. Aprender a tocar guitarra, hacer un curso de programación o quizás hasta aprender a cocinar. Si el enfoque está en lo profesional puede ser un aumento o un ascenso. O quizás, compartir más con la familia, dedicarle tu atención a algún ser querido.
Todas estas metas tienen pasos que pueden facilitarte el alcanzarlas, y todas las metas encajan en una parte específica de tu vida. La cuestión es dedicar el tiempo y esfuerzo necesario en analizarlas, reorganizarte y tomar la decisión de ponerse manos a la obra para llegar a ellas.
Te dejo por acá el link de una pequeña historia: The Priority Of Father Daughter Time (Sermon Illustration) que ejemplifica perfectamente cómo la inteligencia emocional y las prioridades van de la mano y son aspectos clave para el desarrollo personal.
5. Enfócate en 3 categorías
Si te has dado el tiempo de revisar tu situación actual y has notado tus patrones, sabes que cada día se toman miles de decisiones que abarcan una gran cantidad de las llamadas categorías. Pero no todas las categorías presentes en la cotidianidad pueden ser prioridad.
Para eso está la lista. Una vez categorizada la lista, con objetivos definidos y acciones desglosadas, es necesario hacer una comparación de ambas y ver a que se le dedica más tiempo.
Puede pasar que le estés dedicando más tiempo del que deberías a una actividad que no está en tu lista de prioridades, es por eso que este proceso requiere honestidad y conciencia. Para lograr tener prioridades escogidas que nos ayuden en nuestro crecimiento personal y no solo a atender los requerimientos del exterior.
Escoge 3 categorías en las que invertirás tu tiempo hasta que cumplas tus respectivas metas.
Es importante no perder de vista que el hecho de escoger 3 ámbitos, no implica que estos son los únicos a los que se les debe dar atención. Para poder ser el profesional que deseas ser, o el miembro de familia o comunidad al que aspiras, no puedes descuidar aspectos importantes como lo son el cuidado personal, vida social, finanzas. Tiene que haber una armonía entre tus ámbitos destacados y el resto de cosas importantes en tu vida.
6. Planifícate por pasos
Grandes resultados requieren grandes cambios. Para tener un mejor estilo de vida debes de adoptar actitudes que te ayuden en tu día a día, un ejemplo es: no existe la falta de tiempo, solo falta de organización. La pérdida de tiempo es de los problemas más grandes para quienes quieren trabajar en el desarrollo personal.
El trabajo más complicado ya lo has hecho, analizar tu día, ver tus tendencias y planificar tus metas. Con objetivos claros, es cuestión de organizar el día a día en acciones concretas que te acerquen a tu meta. Aquí te dejamos unos tips de organización.
- Planifica en tu agenda acciones que estés dispuesto a hacer y que sepas que puedes cumplir. No olvides el punto de la honestidad. De nada sirve agendar ¨correr 15km¨ si no puedes cumplirlo ahora.
- No planifiques eventos o acciones a más de un mes. Es un largo plazo y lo ideal es hacer compromisos que se puedan cumplir.
- No coloques muchas tareas de alta dificultad el mismo día. La manera ideal de organizarse es: una tarea difícil, una de dificultad media y una última de fácil cumplimiento.Es recomendable comenzar el día realizando la tarea más difícil («Cómete a la rana primero»). Así, al salir de la tarea más complicada temprano en el día, este será menos pesado.
- Deja tiempo libre para imprevistos.
- Deja tiempo libre para la recreación, es importante agendar momentos para uno mismo. Aprender guitarra, meditar, quizás hasta una siesta restauradora.
Anota en tu agenda esas tareas que no tienen una fecha de entrega definida. La tendencia es realizar siempre las tareas que tienen fecha límite, pero estamos intentando practicar la proactividad para ver grandes resultados.
7. Urgente vs. Importante
Un error común es tender a pensar que al estar ocupado estás cumpliendo todos tus objetivos. Puede que siempre estés tachando elementos de tu agenda, pero que estos sean solo pequeñas tareas y no cosas importantes. O puede ser que te estás concentrando únicamente en intentar cumplir proyectos grandes sin los pequeños pasos que son las tareas básicas.
Para evitar esto, te recomendamos la opción de trabajar con el sistema de Stephen Covey explicado en su libro de los 7 Hábitos de la gente altamente efectiva, para ayudar a tener una visión de tus acciones.
Su sistema consiste en dividir una hoja en cuatro secciones. En cada uno de estos cuadrantes debes de colocar tus cosas pendientes dependiendo de si son:
De esta manera tienes una vista global de tus asuntos pendientes, pero también cuentas con una manera de acercarte a las mismas. En el cuadrante I y II son las cosas en las que te tienes que concentrar. Son eventos clave, aquellas cosas que no puedes ignorar o es posible que de no hacerlas suceda algo malo. Y en el cuadrante III y IV son cosas triviales, cosas que te gustaría hacer, llamadas de teléfono.
El cuadrante II es el cuadrante en el que debes de poner los eventos, trabajos o acciones a los que le quieras dedicar más tiempo.
8. Disminuye la gratificación instantánea
Como te comentamos al principio de este artículo, al vivir en la era de la inmediatez, solemos pensar a corto plazo, dificultando los pensamientos a futuro. Somos capaces de saber que piensa todo el mundo debido a sus likes y comentarios de forma rápida, a tan solo minutos de hacer un post en cualquier red social. Como consecuencia, vivimos a corto plazo y se dificulta el proceso de pensar a futuro.
Si estás buscando mejoras en tu vida personal tienes que entender que los objetivos necesitan trabajo y tiempo. Y que si priorizas correctamente, puedes no tener recompensa instantánea pero tu trabajo dará frutos. Ten en cuenta tu inteligencia emocional, sabiendo que aunque te genere satisfacción no es necesariamente progreso.
Un ejemplo común de gratificación instantánea en productividad es agregar gran cantidad de tareas pequeñas a la lista para satisfacerte al tacharlas, pero, debes preguntarte ¿realmente merecían un lugar en la agenda? ¿Me acercan a mi meta, contribuyen con mis prioridades? Evita a toda costa establecer tus prioridades solo por la gratificación instantánea.
Un tip importante es conocerte a ti mismo e identificar tus excusas. Toma consciencia de esas cosas que te dices para postergar el trabajo, o para no no priorizar tus tareas. Busca la manera de minimizar las distracciones al máximo y así aumentar tu productividad.
9. Prueba y adapta
No le tengas miedo al ensayo y error, es parte del proceso. Prueba ser estratégico y consciente con tus prioridades por unas semanas o el periodo de tiempo con el que te sientas cómodo. Evalúa constantemente si es efectivo, si lograste mejorar y si te estás acercando más a tus objetivos.
No tengas miedo de hacer cambios, estos son necesarios. Solo sé consciente de tus objetivos en cada momento. Te darás cuenta que cuando las prioridades están claras las decisiones se hacen fáciles.
10. Comprométete
La priorización está basada en concretar las cosas que sabemos que son completamente necesarias en nuestro día a día, y ser constantes con ellas así algún día no estemos naturalmente motivados.
Aun cuando estas prioridades requieran cambios o ajustes, no dejes de aferrarte a ellas.
«Nunca hay tiempo suficiente para hacerlo todo, pero siempre hay tiempo para hacer las cosas más importante» - Brian Tracy
Ahora que conoces estas 10 estrategias para priorizar de forma efectiva, te invitamos a que hoy mismo comiences a cambiar totalmente la forma en la que pasas tus días y consecuentemente tu vida. ¡Estás listo para salir del modo piloto automático y tomar decisiones estratégicas!